En Principios de economía política, indudablemente influida por su esposa, la pensadora y feminista Harriet Taylor, Mill  proponía complementar el crecimiento económico con medidas de distribución de rentas equitativa, con aumento del salario de los trabajadores, sin olvidar la producción en condiciones de competencia: productividad. Como miembro del partido liberal revindicó los derecho políticos de la mujer, lo consiguieron en la reforma de 1918, las mayores de 30 años, diez años más tarde a los 21. Quizás el segundo libro más influyente  de Mill, Sobre la Libertad (1859), también influido por Taylor, libro de enorme trascendencia, conceptuó el principio del daño, basado en éste, argumentaba que el Estado debía de allanar barreras a los derechos individuales solo limitada por ese principio del daño a terceros, en los que incluía al bien común.

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