Las últimas encuestas reflejan que Ciudadanos ya está en condiciones de aspirar a la presidencia de gobierno y desquitarse del menosprecio de un Rajoy líder de un partido popular deambulante, e incrédulo ante el destino que se avecina.

Según el último barómetro del CIS, el PP solo retendría el 65 por ciento de su electorado y Podemos, el otro damnificado por el ascenso del partido de Rivera, tampoco repetiría los mismos resultados que en junio de 2016. Solamente un 60 por ciento de los que votaron a Podemos repetiría siendo En Comú-Podem, con un 66 por ciento, la marca que mantendría mayor fidelidad de sus votantes.

En Baleares, según la encuesta del IBES publicada en Ultima Hora, en Mallorca y Eivissa, Ciudadanos duplicaría sus votantes, a partes iguales, a costa del PP y, de Més y Podemos.

IBES, publicado UH Febrero 2018

Para el sondeo de Metroscopia, El País el pasado fin de semana, el 85 por ciento de los españoles consideran que el tiempo de Rajoy ya ha pasado y, de los votantes populares, 62 por ciento creen que debería de dar paso a otro líder. Y todos los partidos de la oposición creen que ha llegado el momento de relevar al PP del gobierno: contestan así el 95 por ciento de Unidos-Podemos; el 86 por ciento del PSOE y el 70 por ciento de Ciudadanos. En cuanto a continuar la legislatura, el 50 por ciento de los votantes populares piensan que el PP debiera de coaligarse con otros partidos que, a la vista de las respuestas de los otros partidos, sería Ciudadanos. El 26 por ciento de los votantes de Ciudadanos piensan que el partido naranja tendría que coaligarse con  los populares, entre los socialistas solo el 12 por ciento de sus votantes estarían por esa coalición.

Pero unos y otros, no están por esa labor y piensan que ha llegado el momento de pasar factura y hacer tragar al PP sus años de nepotismo; sobre todo a Rajoy, que ha dado muestras tanto de su incapacidad política, como de insolvencia para acabar con las mimbres que alimentan al PP como banda de corrupción y de los favores discrecionales que no dejan rastro documental.

Cuando veíamos al hombre bonachón luchar por liderar un partido que se auto bendecía como de la honradez, cuando el Congreso de Valencia, salvarse de la quema de las fauces de Esperanza Aguirre y los demás, creímos que había ganado el hombre corriente, un político de vocación popular frente a los endiosamientos mediáticos. Luego tras las torpes y cruciales decisiones, las más sonadas relacionadas con el tema de Catalunya, Rajoy se fue mostrando como un hombre gris, de una inutilidad política indescriptible.

El PP no puede seguir viéndolas pasar, debe reaccionar proactivamente y, mientras surge un líder de futuro potente y solvente políticamente, es hora de que alguien, necesariamente no quemado en la política nacional, tome las riendas del partido popular y con la solvencia de la mayoría parlamentaria, y absoluta en el Senado, llegue al final de la legislatura deshaciendo los entuertos y, queriendo, alcance una solución constitucional y viable para la cuestión de Catalunya.

Aquí, en tanto en Génova se entretenga en deshojar la margarita, en esta cuestión de la transición en el partido popular, Company tiene que definir posición y atreverse a reinventar la plataforma ideológica que quiere representar el PP en esta nueva etapa, post Rajoy-Aznar-FAES y confrontada con las nuevas lindes ideológicas; las representadas por Ciudadanos y el PI.