El triunfo de la candidatura de Biel Company se sucedió el día después de que se diera el vuelco a la línea ideológica que había impuesto José Ramón Bauzá cuando, tras ganar el congreso de 2010 con el apoyo imprescindible de la Part forana, sumó a la suya la candidatura perdedora de Carlos Delgado; defraudando a quienes le había dado la mayoría. Sus planes contra la unidad lingüística de la lengua catalana, y su furibundo nacional españolismo, impulsaron una batería de decisiones y giro ideológico que llevaron a que buena parte de la militancia popular abandonara la afinidad con la dirección. La presidencia de Bauzá fue la imposición del PP más conservador, el del primer gobierno Rajoy que, en Baleares, es nítidamente minoritario, concentrado en municipios de mucha visibilidad y ruidoso.
Company ha recuperado para el PP balear el sentido común, el sentido de Estado, el sentido de compromiso con la realidad política a la que sirve. Apegado a la tradición regionalista, es decir, de defensa de los intereses de la propia región en el contexto del Estado nacional, el desafío del nuevo presidente no solo es hacer posible un próximo gobierno del partido popular, objetivo de guión, sino sobretodo hacer del PP un partido de encuentros, con capacidad de tejer consensos con sus más afines ideológicos pero, también, con aquellos más lejanos con quienes compartir retos importantes.
Biel Company ha sabido desactivar ataques furibundos de los Bauzá, Esperanza Aguirre y toda la caverna mediática de los madriles, respondiendo con toda normalidad e inteligencia pagesa que no es ni catalanista, ni andalucista que es de un pueblo de Mallorca y que trabaja por los intereses de Baleares. Y, de alguna forma, es posible que a partir de ahora esa arenga de anticatalanismo haya embarrancado y perdido gran parte de su carga demagógica y populista acudiendo a esa evidencia: soy de Mallorca y no soy ni catalanista ni andalucista. Y podríamos añadir otros muchos istas porque, si tiramos de visceralidad y sentido de pertenencia, uno es antes de la comunidad donde vive y desarrolla su proyecto de vida.
Con una mayoría incuestionable, consiguiendo dos de cada tres de los votos emitidos, Company tiene ante sí la tarea de ilusionar y mover a un partido desmotivado y dividido. No ha conseguido movilizar a la militancia, solo ha participado el 32 por ciento de los afiliados (en 2010, fue el 48 por ciento) y en Palma solo ha participado el 22 por ciento, y es donde Bauzá ha conseguido el mejor resultado dada su importancia demográfica. Pero, el buen resultado de Bauzá, 656 votos por 697 de Company, es pobre bagaje al no haber arrastrado a los 1436 que le votaron en 2010, ni a los 958 de Delgado.
En Ibiza sorprende el excelente resultado de Company, obra sin duda de Josep Vicent Marí. Con una participación del 19 por ciento, ha conseguido para Company 472 votos frente a los 98 de Bauzá, que tampoco ha sido capaz de retener los 531 que le votaron en 2010, ni los 163 que lo hicieron por Delgado. En Formentera, 40 para Company y 4 para Bauzá.
La sorpresa se ha dado en Menorca donde la candidatura de Company ha ganado solo por 8 votos de diferencia y ha perdido en Ciutadella y Maó. Allí el buen resultado de Bauzá cabría atribuirlo a la hiperactividad del diputado autonómico conservador Toni Camps.
Este congreso ha puesto de manifiesto que el discurso del Senador, aún teniendo seguidores, no apunta a futuro.