Después de estas semanas de descosidos, al PSOE le interesa no abrir nuevos frentes ni ahondar en los que ya tiene declarados. El sector de los de Susana Díaz debiera mantener el sentido común y no tirar de su mayoría, exigiendo la sumisión del grupo parlamentario. Lo más sensato sería designar a 11 diputados como facilitadores de la investidura. Aunque la federación andaluza esté a favor de la abstención sus 22 diputados no debieran votarla en bloque y, quizás así, estaría a tiempo de salvar los muebles frente a Podemos en su propósito de crear una nueva Marea atlántica.