La pobreza política.
Ante el pacto al que han llegado PP y Ciudadanos uno se pregunta si es que se está ciego ante la compleja situación política. Cuando el principal problema que tiene España es la secesión en Catalunya.
No se puede ignorar a los 1.966.508 votantes (JxSí y la CUP), que votaron claramente por la independencia de un total de 4.092.349 votos válidos, es decir el 48 por ciento. Ni a los 103.293 de Unió, los antiguos socios de Convergencia, el 2.52 por ciento de los votos válidos que son soberanistas (que sin querer romper con España quieren un estatus confederal), y que elevaría al 50,52 por ciento, el porcentaje de catalanes que no están de acuerdo con el actual marco constitucional.
De otro lado, la última encuesta sobre la cuestión, GESOP Julio 2016, muestra que el 47,7 por ciento de los catalanes son partidarios de la independencia por el 42,4 por ciento que están en contra.
Antes estas evidencias, ¿alguien duda que el principal problema de España es el encaje de Catalunya?
Pues parece que para el Partido Popular y para Ciudadanos eso es pecata minuta y pactan menudencias de investidura que, por lo que se refiere a la agenda social, no se podrán cumplir porque la política económica se dicta desde Bruselas.