Se especula con una edición inédita de pacto de izquierdas: se terminaría con la mecánica tradicional de alternancia entre los dos partidos del bipartidismo, y la nueva coalición pudiera proponer como presidente de la Comunidad a Biel Barceló, de Més. Los dos grupos suman juntos 19 diputados y, si se añadieran los 3 del PI, Biel Barceló tendría el apoyo de 22 diputados, superando la candidatura de Armengol (14, 15 si se suma el grupo de Formentera) y tendrían los mismos apoyos que pudiera conseguir Bauzá, sus 20 diputados y los 2 de Ciudadanos. Gabriel Barceló como President sería, por otra parte, la lectura más lógica del mensaje de los votantes. Los 10 diputados de Podemos son un no rotundo a la vieja política del ahora tú, ahora yo. Y los nacionalistas dan otro no al estado centralizador que maltrata, no solo, económicamente a Baleares. Radicales, Nacionalistas y regionalistas suponen en torno al 40 por ciento de los que han votado.
Sin duda supondría un gobierno inédito en Baleares y, dado los presupuestos ideológicos de Podemos, otro modo de hacer política, y la trayectoria de nacionalistas y regionalistas el nuevo ejecutivo, con los socialistas, se constituiría desde la claridad y el consenso social y desde la eficiencia. Con profesionales solventes y no con políticos de oficio, compromisos y clientelas particulares. Eso obliga al nuevo gobierno a la responsabilidad de no defraudar las expectativas que se han concebidos desde la ilusión de cambio de estilo, y de contenidos, y ha restablecer consensos de País sin olvidar lo bueno de una apuesta lingüística osada que bien implementada dará excelentes resultados.
Un govern que tiene que ser un equipo cohesionado
En el Govern, lo que interpreto han dicho las urnas, sería un ejecutivo presidido por Biel Barceló. En el artículo que publico hoy me extiendo sobre esto. Francina Armengol se quedaría como portavoz del grupo de gobierno hasta las elecciones de final de año en que sería candidata a Diputado. O, quizás, ya senadora autonómica. Para el Consell de Mallorca, podría haber una presidencia de los socialistas, con portavocía de Toni Pastor, un excelente parlamentario. En el ayuntamiento de Palma José Hila, por su trayectoria personal, sería el más adecuado para la alcaldía.
El PP ha quedado desarbolado. La apuesta personal de José Ramón Bauzá en homogeneizar y españolizar (castellanizar) a Baleares se ha estrellado porque aún estamos en una Comunidad cohesionada, cultural y socialmente, con su pasado y realidad histórica gracias a un sistema educativo integrador, en el que la enseñanza del catalán actúa de nexo de encaje de la inmigración en la entidad e idiosincrasia regional. Como he manifestado públicamente, y a ello he dedicado mi libro La España que Sí puede ser que ahora en fase de presentación por las principales capitales autonómicas, el PP necesitaba un fracaso rotundo para desembarazarse del lastre de viejas y poderosas baronías, emparentadas con lo más rancio de la tradición de Alianza Popular, y, también, de jóvenes alevines aspirantes a profesionales de la política, vocacionales de un puesto de trabajo fácil, bien remunerado y con mucho postín.
La regeneración en el PP, más bien refundación, es una necesidad para la estabilidad de las instituciones. Ni siquiera la marca tiene credibilidad desde que la dejaran dañada Aznar, cuando su mayoría absoluta, y Rajoy desde la primera legislatura de oposición. Todos recordamos que se dedicó a torpedear al gobierno Zapatero (el de la ley de Dependencia y el matrimonio homosexual) acusándolo de conspiración en los atentados de los trenes de Atocha y, luego por la campaña contra el Estatut, que empujó a una parte de los catalanes a definirse como independentistas. Un partido que se presenta como nacional no puede cerrarse a su propia querencia, tiene que adaptarse a la sociedad.