Como ya avancé en el post de hace tres días, en el que afirmaba que el PI podía alcanzar los 4 diputados autonómicos  y que el PP, con Ciudadanos, no conseguiría mayoría de gobiernos, las elecciones demuestran que el electorado votante del partido popular quiere un cambio profundo en el Partido y así hay que leer que Ciudadanos no hay cosechado los votos esperados, en lo que confío haber contribuido desde mi tribuna en Última Hora, prefiroendo la  abstención antes que un mayor correctivo al PP.

A nivel de estado el partido popular está alrededor del 25 por ciento de voto en el límite, como analizo en mi libro La España que Sí puede ser (a disposición en la librería ABACUS (C/ Colón, 7) y El Corte Inglés),  de la supervivencia como partido de gobierno o su desmembración. Y el riesgo de  deslizarse hacia un partido bisagra que será el destino natural de Ciudadanos si no gestiona con inteligencia política la representación política conseguida, y actuando miméticamente en función de ideología.

El último análisis de urgencia: la eclosión del nacionalismo de MES, 6 diputados y 3 por Menorca, y del regionalismo del PI, 3 diputados que están destinados a formar frente común nacionalista-regionalista, con una panel de puntos en común. En ese nuevo pacto de gobierno, el regionalismo tiene que actuar unido reconociendo por una lado que el PSIB, con 14 diputados tiene la legitimidad de votos para liderar el nuevo gobierno, facilitando que Podemos, el partido incógnita, realice un esfuerzo de pragmatismo para evitar situaciones en el límite, que pesarían inevitablemente de cara a su credibilidad en las Generales de Noviembre.

Buenas noches.