La prima de riesgo española se situó este viernes por debajo de los 300 puntos a pesar de la rebaja en dos escalones del rating de España por parte de la agencia de calificación Fitch, y con perspectiva ‘negativa’
Se lee mal, pero en el gráfico de barras (CINCO DIAS), puede distinguirse el diferencial entre CCAA
Para la rebaja de España (la cuarta economía de la zona euro, por detrás de Italia), la agencia de rating argumentó en un comunicado su decisión en la intensificación de la crisis en la zona euro, las dudas sobre el cumplimiento de los objetivos de déficit público por los problemas de endeudamiento de las comunidades autónomas y la rebaja de las perspectivas de crecimiento a medio plazo.
La agencia baja la calificación dos peldaños pero la prima, en lugar de subir ante la bajada de credibilidad baja. Y cuando se lee la argumentación resulta vemos margen de maniobra, para contrarrestar las expectativas negativas de la agencia, puesto que si conseguimos reducir el deficit de las CCAA, y parar el auemento de la deuda, vamos a conseguir liberar recursos para inversión.
Podemos hacerlo. Ahora bien, no hay que demorarse. Las políticas de ajuste de gastos tienen que sguirse de hojas de ruta de inversiones en varios frentes: de estímulo a la iniciativa privada, y a la pública. En qué dirección? Hay que impulsar infraestructuras y equipamientos destinados a hacer eficiente las administraciones: Una parte importante de la ineficiencia de las administraciones públicas (instrumental) se debe, como resulta bien conocido en las duplicidades, en la dispesión y en la productividad mejorable del funcionariado, y las razones están en la deficiente gestión procedemental (organización del trabajo) y de los recursos disponibles, entre los que hay que considerar de modo importante, las infraestructuras, los propios edificios de que se disponen, que no se ajustan a las necesidades que una nueva adminsitración, acorde con las necesidades actuales, necesitan. Del mismo modo que hay que reordenar las adminsitraciones y sus competencias, hay que hacer lo propio con los edificios, las ofinas que las albergan, si no se seguiran produciendo deseconomías que dificultarán las reformas estructurales que se propongan.