No sabemos cómo terminará el asunto del equipo de la SGAE y su presidente ejecutivo Teddy Bautista. De momento han habido detenciones de su grupo de dirección.
Estuvo, Teddy Bautista, en su juventud en la fundación de el grupo Los Canarios; fue importante su participación en la edición de la banda sonora de Jesucristo SuperStar, obra en la que hacia el papel de Judas. Participó después, en el musical Annie, y varias películas en los años 80. Desde entonces no se ha dedicado a ninguna actividad creativa, centrándose en su cargo de presidente de la SGAE.
En las SGAE lo que sí se sabe es que ha reforzado la entidad y ha blindado sus cargos directivos, él mismo se ha asegurado una pensión de 24.500 euros mensuales.
No puedo por menos que manisfestar mi satisfacción porque porfín se entre en investigar una entidad que, al margen de sus legítimas intenciones de proteger a los autores, se ha distintguido por una desmesura en su afán recaudatorio, hasta el punto de que ha conseguido que no se sea libre de cantar o hacer música en público, ni aún renunciando a cualquier emolumento, por grupos folclóricos, etc, porque lla SGAE tiene que recuadar su canon, su derecho de pernada. En la lógica de la SGAE se trata de que si se interpretan canciones populares en la calle, satisfaciendo la necesidad de disfrute de la población, hay que pagar, porque, no fueraque si no se paga la gente prefiriera a grupos de aficionados en lugar de contratar a profesionales. Así que, se cobra por todo y así, puestos a tener que pagar, que se contraten a profesionales de éxito que cotizan en la sociedad.
Como se ve el argumento es diabólico. Sería fácil culpar solo al Sr. Bautista, pero es que seguramente tiene mucho que ver y mucho que decir. Bien mirado, no estaba mal la maquinación urdida, hago que entre dinero a expuertas y los beneficiados, los socios, harán la vista gorda mientras se siga ingresando.
Eso es un escándalo. El nuevo gobierno debe de revisar todo el sistema que ha instarurado la SGAE y volver a que lo popular y tradicional, cuyos supuestos derechos de autor pertenecen al erario popular, sean otra vez libres.