En el debate de ayer la proposición de Duran i Lleida, lo más sensato. Negociar un programa de urgencia y elecciones para noviembre. Por lo demás, el guión de todos. Zapatero está haciendo, finalmente, lo que hay que hacer aunque con  la timidez lógica de quien tiene que realizar equilibrios porque actúa a regañadientes, lsin convicción. No se quiere  enterar que en política y en economía, o al revés, llegar tarde al diagnóstico  de los hechos y no tomar iniciativas a tiempo es tan grave como seguir sin enterarse de la realidad. Está bien que porfín alguien se meta en lo de las hipotecas, aunque el próximo gobierno tendrá que radactar una nueva ley.

Lo mejor de los visto ayer es que Zapatero va aincrmentar el ritmo de las medidas que son cesarias tomar, gobierno quien gobierno, pero tendría que haber sido honesto consigo msimo y con  el País y anunciar una hoja de ruta culminando en elecciones en noviembre. Limitada la incertidumbre de cuándo se va dar la voz a la ciudadanía, la confianza retornaría ante la expectativa de un nuevo gobierno, con ideas claras de qué hacer y con el respaldo electoral para llevar adelante las reformas y el impulso político, transmitiendoal exterior la convicción de que se seguirá un rumbo económico y social en  la senda de las exigencias europeas que da buenos resultados entre nuestros socios de entidad.