Existe el temor que haya una notable ascensión del voto en blanco, que correspondería a votantes desencantados de los partidos del Pacte.
El electorado que vota en blanco es un número importante. En 2007, para el Parlament, los votos en blanco fueron 8.613, el 2 % de los emitidos como válidos. Para hacernos una idea, el PSM de Menorca, consiguió 3.292, y un diputado.
Es difícil saber qué nos quiere decir quien vota en blanco pero los partidos de la izquierda piensan, y debe de ser verdad, que es su electorado que se siente defraudado con las actuaciones o propuestas que presentan en estas elecciones.
La izquierda, la socialista y la radical y alternativa debieran de asumir que ya no tienen ideas para afrontar la sociedad periférica en que nos hemos convertido, respecto el eje geoestratégico del Pacífico, y que sus propuestas de progreso, en realidad, no nos conduce más que al colapso y el retroceso social.
Está bien documentado, véase un comentario anterior, cómo la irrupció de las doctrinas radicales de izquierda actuaron de freno para el progreso y la implantación del Estado de Binestar, que históricamente es un invento del liberalismo progresista; de los Owen y compañía y de los llamdos conservadores, los que dirigieron los países en la primera mitad del siglo xxi.