Conocidos los candidatos que van a disputarse las alcaldías de las principales poblaciones de Mallorca falta por saber quien será el candidato del PP a Palma (se desconoce cuando escribo este artículo). La decisión se estaría aplazando por diferencias de criterio sobre el perfil idóneo del candidato y por recelos ente la cúpula del PP balear y los órganos electos del PP de Palma.
Hace un año, en las elecciones internas en el PP para la renovación de la junta territorial de Palma, fueron elegidas las candidaturas que patrocinaba José M Rodríguez frente a las de Francesc Fiol; en aquel momento portavoz del PP en el Parlament y uno de los principales valedores de la elección de José Ramón Bauzá como presidente del PP-balear.
El éxito de JM Rodríguez, con un 60% de votos, alejaba la posibilidad de trabar un discurso alrededor de Fiol quien, por haber sido el primero, en mostrarse desde la tribuna parlamentaria contundente y avergonzado por los casos de corrupción, conciliaba crecientes simpatías en la opinión pública aumentando su crédito electoral más allá del voto de centro y derecha.
Con el respaldo del PP de Palma, y con la necesidad de fortalecer el cartel electoral en la capital dela Comunidad, JM Rodríguez se vislumbra, ahora, en la mejor situación para ser candidato a la alcaldía de Palma; ayuntamiento que conoce bien desde que fuera imprescindible en los consistorios de Fageda.
En efecto, José María Rodríguez, es uno de los políticos de referencia para entender la modernización de Palma, siendo el mantenedor de iniciativas innovadoras, y polémicas en materia urbanística, que se han mostrado acertadas para que Palma no se haya colapsado por el crecimiento explosivo de los últimos quince años.
Desde otro ángulo, el de la calidad de su gestión, es conocido y revelador que habiendo tenido responsabilidades con importantes partidas presupuestarias no se hayan podido establecer, ni siquiera ahora en un momento sensible de caza de brujas y corruptos, acusaciones de corrupción o de malversación de caudales públicos en su contra.
Durante años en segundo línea, en el haber de JM Rodríguez cabe añadir su capacidad de trabajo y tesón, virtudes que le son reconocidas incluso en círculos institucionales ajenos al PP, como su habilidad para formar equipos de trabajo ínter disciplinares y la escrupulosidad, a la hora del respeto a los procedimientos y a las normativas en su fondo y en su forma; cualidades éstas, por cierto, muy estimables para un próximo consistorio que deberá acometer profundos retos estructurales.
La capacidad de diálogo y de negociación resultará imprescindible para acometer una mayor racionalización de las administraciones públicas, reorganización de competencias y una nueva filosofía de administración pública considerada desde la prestación de servicios a la ciudadanía.
Al futuro alcalde se le exigirán habilidades de negociador, empeño en los compromisos y acuerdos con todas partes y, para ello, necesariamente un liderazgo fuerte y eficiente.