La presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, de modo poco diplomático ha dicho la verdad.
Es un hecho que Andalucía es un gran agujero financiero y una economía ineficiente, sin estrategia de futuro e incapaz de permitir el nivel de vida de los andaluces. Es una economía que depende de las transferencia de ese fondo de reptiles, llamado fondo de compensación interregional, dotado obligatoriamente por las regiones mediterráneas y Madrid.
El último ejercicio (2015)
Para el caso de Madrid, siendo cierto que es contribuyente neto, la cifra debiera matizarse ya que al ser sede de la Administración Central del Estado y de la mayoría de las empresas multinacionales (españolas o foráneas) su tributación fiscal debiera, en buena lógica contable, asignarse de forma proporcional a su implantación en otras regiones.
Andalucía es una economía sin capacidad para sustentarse y tiene una administración ineficiente.

Como se puede ver en el gráfico, las regiones con saldos fiscales deficitarios ( las que más aportan) son a la vez las que tienen menor peso de empleo público, es decir, mayor productividad.
Es fácilmente entendible que las regiones dependientes se han acostumbrado a las transferencias financieras de las demás y tienen poco cuidado en hacer eficiente su administración.
El siguiente gráfico es una proyección de como sería la financiación si España tuviera el sistema alemán.