Publicado en ÚLTIMA HORA, el 09-Noviembre-2013
Hace unos días, un destacado miembro de Nuevas Generaciones manifestaba que era necesario mover el Partido. Esta semana, el PSOE celebra una conferencia política que, se pretende, suponga una propuesta de renovación ideológica; en el sustrato la vieja etiqueta de la casa común de la izquierda que relance al socialismo hacia un nuevo “por el cambio”, que tan buenos réditos dio en el pasado.
Al otro lado, nuevas formaciones que estriban su atractivo en la ausencia de un pasado de fardos insostenibles y con claras, diáfanas y simples, pero potentes ideas que se explican y entienden con facilidad. El partido de Rosa Diez, UPyD; el de Albert Rivera Ciutadans, que prepara su asalto nacional a través de Movimiento Ciudadano; el partido X, planteando una propuesta de democracia participativa y deliberativa, heredero de las contestaciones anticrisis del 15-M o, aquí, el PI, un nuevo experimento regionalista, ponen de manifiesto que la sociedad demanda claridad y coherencia en las formaciones y carteles electorales.
El programa económico de TV3, Valor Afegit, reproducía un vídeo en que Mario Monti contaba, en unas jornadas de IESE-Barcelona, que a la preguntaba del presidente Obama de cómo tenía que hacer para conectar mejor con la canciller Merkel, respondió que, a diferencia de la mentalidad americana, para los alemanes la economía sigue siendo una rama de la filosofía moral y el crecimiento el premio de una conducta virtuosa; la economía entendida desde principios de racionalidad, austeridad y de bien social. El vídeo, de pocos minutos, mostraba dos formas de entender la economía que está en el origen de las dudas que plantea el tratado de unidad de mercado que se está negociando entre Estados Unidos y la Unión Europea
La anécdota de Monti es oportuna en estos momentos porque centra el quid del debate económico y por ende ideológico que afecta a todos. A estas alturas de la crisis, la sociedad necesita más sosiego, menos decisiones a golpe de la última estadística o de los manuales aprendidos en la universidad, y más esfuerzos de clarificación y de coherencia ideológica como estribo desde el que armar una sólida filosofía de recuperación económica y social.