Escribía en otro artículo que el soberanismo era más bien cuestión de economía. Que en la medida en que se acierte en un nuevo sistema de financiación autonómica el independentismo se iría encauzando.
Las aguas de la economía y la política se están aproximando a pesar de los gestos pirotécnicos. La cuestión soberanista podría atemperares si, desde el gobierno y en Catalunya, se aprovechan las manifestaciones que animan al encuentro que, si nadie torpedea, podrían alumbrar algún tipo de compromiso en el que, bien debiera intervenir la Corona; sería ése, el tipo de servicio que justifica una monarquía.
La postura de Sánchez-Camacho, por una revisión en profundidad de la financiación de Cataluña, o la de Bauzá, exigiendo la supresión del Fondo de Suficiencia, colisionan con la oposición frontal de quienes sí han podido cumplir los objetivos de déficits, y se escenifica que, en el PP, persisten las profundas diferencias que afloraron en el Congreso de Valencia, cuando el Presidente Rajoy consiguió formar su equipo político.
Montoro exhibiendo, realismo político y económico, reconoce el esfuerzo que está realizando Catalunya por rebajar el déficit, y se muestra dispuesto a que haya tratos ajustados a las circunstancias concretas de cada comunidad autónoma. Nada más equitativo, y realista, si se quiere encauzar verdaderamente la recuperación, y no acabar de ahogar y destruir las estructuras económicas que aún perviven; Rajoy pidió «inteligencia, equilibrio, sensatez y sentido común». Los avances en la reducción del déficit de la CC.AA. no pueden valorarse de igual manera. Si Madrid, partía de un déficit del 0,69 por ciento en 2010, y ha conseguido el 1,07 por ciento en 2012, otras comunidades, que tuvieron administraciones socialistas, como Catalunya o Balears, han tenido que realizar un esfuerzo mucho mayor en ese mismo tiempo. El déficit de Catalunya y Balears, 3,86 por ciento y 4,16 por ciento en 2010, respectivamente, cerraron 2012 en el 1,96 por ciento y 1,83 por ciento respectivamente.
El ministro Montoro, un liberal convencido de que todos los actores tienen que jugar con las mismas reglas sin ventajas monopolísticas, está exhibiendo músculo político, sentido común y de Estado, al firmar un escrito, junto a sus homólogos de Alemania, Francia, Italia y Reino Unido, para a avanzar en la creación de un sistema europeo de intercambio automático de datos bancarios, con la mirada puesta en los paraísos fiscales. En las antípodas, una campaña ultraliberal, del sin reglas y del todo vale, que querría que el presidente Rajoy defenestrara a quien tachan de socialdemócrata porque está más comprometido con el Estado del Bienestar.
(Publicado en ULTIMA HORA, el 13-abril-2013)