(Publicado en UH, el 14-09-13)
Seis meses después de las elecciones catalanes, junio 2013, el barómetro del CEO (Centre d’Estudis d’Opinió, Generalitat) refleja que los partidos que impulsan la Consulta aumentaría de un 5 a un 10 por ciento, pasando de los 70 diputados actuales, a 73 o 76, mientras que los que se oponen, el PP y Ciutadans, mantendrían su representatividad en torno al 20 por ciento; aunque con mayor peso de Ciutadans, a costa del partido popular. Un sondeo más reciente, antes de la Diada, muestra que un 52 por ciento de lo catalanes votaría sí a la independencia, mientras que un 24 por ciento votaría en contra; un 15,9 por ciento no tendría el voto decidido o se abstendría, y un 7,7 por ciento, con seguridad, se abstendría. A la pregunta de quien consideran máximo responsable del empeoramiento de la relación entre Cataluña y España, para el 54 por ciento de los catalanes es Mariano Rajoy, en tanto que hacen responsable a Artur Mas el 9,4 por ciento. En opinión de los catalanes, la intransigencia del gobierno de Madrid sería responsable de la radicalización en Catalunya.
El último sondeo del CIS sobre la cuestión catalana, tras las elecciones de noviembre 2012, mostraba que un 40,6 por ciento se decantaba porque se permitiera que Cataluña convertirse en un Estado independiente; un 25,6 por ciento querría seguir en el Estado, pero con un grado mayor de autogobierno; un 17,6 por ciento preferiría mantener la situación actual, un 3,4 por ciento estaría porque se recortaran competencias a la autonomía, y un 9,1 por ciento apoya la opción de que España sea un Estado central sin autonomías.
Como se ve, la opinión de los catalanes que no están por la Consulta, el 20 por ciento (Ciutadans i PP) o que votarían, con seguridad no a la independencia, el 24 por ciento, constituiría esa mayoría silenciosa a que se refiere la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, a la habría que añadir un incierto 15,9 y 7,7 por ciento que se abstendría o no saben qué votaría en una Consulta.
¿Qué piensa ese 23,5 por ciento que no sabe o se abstendría? Probablemente la vía apuntada por el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación José Manuel García-Margallo que estaría, con conocimiento de la Moncloa, poniendo las bases para un acuerdo realista y con proyección de futuro.