En su discurso de investidura, José Ramón Bauzà dijo que haría lo posible para que estos cuatro años fueran trascendentes para los siguientes cuarenta, poniendo las bases en cuestiones como educación, economía, territorio y turismo. Que a los gobiernos corresponde crear las condiciones institucionales y estructurales adecuadas para que la iniciativa privada se desarrolle, pero que tienen que ser ésta la que debe tirar del carro. Que la iniciativa privada tiene, una vez más, que ser el impulsor económico que necesitamos y especialmente en el sector turístico, donde debemos de ser capaces de implicarnos todos, para que la cooperación público-privada sea un hecho día a día.
El president Bauzà, ha puesto el acento en aquellas cuestiones troncales que, en estos momentos de transición diríase de Era, necesitan ser adaptadas a la realidad cambiante de nuestra sociedad, para que nuestra economía sea competitiva hoy, y para posicionarnos con ventaja en el futuro.
El President ha concretado las áreas que tiene encardinadas: educación, que en términos de eficiencia y calidad, traduciríamos como I+D más innovación en las empresas, en los procesos que intervienen en la formación del valor en la actividad económica. Una mayor integración entre el capital, económico y financiero, y el capital humano en las empresas, para asegurar implicación de todos, en productos y servicios, orientados a la atención al cliente siendo capaces de responder en tiempo real a las exigencias del mercado.
Economía y turismo, un cambio de modelo hacia una reestructuración de los sectores productivos; en el sector turístico diversificando y extendiendo la oferta a lo largo de todo el año, lo que supondrá mayor estabilidad en el empleo y la sostenibilidad del sector, al bajar la presión de la rentabilidad que ahora debe de conseguirse en unos pocos meses. Veremos si el sector está a la altura y no trata de aprovecharse. Respecto al sector agrario, el gran ninguneado en estos decenios, ha expresado su apuesta por el aumento de calidad y la adaptación al mercado, sin olvidar que es el que mantiene el paisaje, el primer activo de la industria turística.
Finalmente, el territorio como factor de estabilidad del desarrollo sostenible. Un compromiso con el Medio Ambiente y la conservación del patrimonio natural, como vertebrador de una política eficiente del territorio con una comunicación fluida con todos los agentes implicados; de modo que las decisiones que se tomen sean consensuadas por todos, garantizando la continuidad de los proyectos y la seguridad jurídica de los mismos.
José Ramón Bauzà, en efecto, pondrá las bases para que vuelva la actividad a las empresas, pero el sector privado tiene que sumarse e ilusionarse, no solo en proyectos empresariales de interés propio, sino también en proyectos de interés público y social. El sector privado tiene que moverse y proponer a las administraciones proyectos de beneficio mutuo; cofinanciación y cogestión para acometer necesidades en equipamientos e infraestructuras sociales que la sociedad necesita.
(Publicado, UH, 25-06-11)