Reformas institucionales y en el ámbito Local.

El gobierno ha manifestado que quiere acometer la reforma del Senado, aspiración recurrente cada vez que se inicia una legislatura. Pero, a diferencia de en otras ocasiones, este gobierno tiene capacidad y solvencia para una reforma que, si quiere perdurar en el tiempo y desalentar aventurismos disgregadores, tendrá que configurarse de modo que atienda la idiosincrasia diferencial de España, con criterios homologables con los que se manejan en otros estados de referencia, y todo eso, por encima de intereses y prebendas locales aunque provengan de las propias filas.

El Senado, tema de mi particular interés, tendría que ser la segunda o tercera reforma básica de las instituciones políticas. Antes, habría que acometer la revisión de las demarcaciones provinciales y de las diputaciones, y la reordenación en la administración local: la fusión incentivada y, en algunos casos, forzada de municipios.

Durante estos años, la crisis, que limitado la capacidad de los ayuntamientos de financiarse a través de la reclasificación urbanística, ha abierto el debate sobre la excesiva cantidad de municipios y la eficiencia de proyectos de supramunicipalidad auspiciada por el Consell. Pero esta dinámica, podría verse truncada por el decreto de Nuevas Medidas Urbanísticas, jurídica y técnicamente confuso, que devuelve capacidad de decisión sobre la planificación urbanística a los municipios, con el previsible refuerzo de taifas municipales en fricción con los intereses generales, por los que corresponde velar el Consell.

Ante estos, y otros, riesgos regresivos para el avance de iniciativas modernizadores, la estrategia reformista en el ámbito Local tiene que ser un plan de incentivos a la fusión de municipios. La viabilidad de los servicios municipales pasa por constituir Nuevos entes municipales de mayor tamaño; estructurados con criterios de solvencia económica y financiera; de eficiencia en la prestación de servicios de mejor calidad, y con descentralización hacia las entidades menores, para un mejor y eficaz gobierno local. Nuevos entes municipales con masa crítica suficiente, desde parámetros del siglo XXI, superando localismos y con una adecuada política de estímulos sociales y económicos, en línea como se está haciendo con la reforma de sector financiero.

 (Publicado en Última Hora el 17-03-2012)

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