Apostar por la vivienda social

Publicado en Última Hora, 20/05/2020

Para salir de esta crisis, que no ha sido por causas económicas, uno de los subsectores a mirar es el de la construcción que tiene capacidad de activarse con relativa facilidad. Por su estructura, además de las grandes constructoras focalizadas en la obra pública de envergadura, la industria cuenta con un gran número de medianos y pequeños empresarios que pueden movilizarse por proyectos medianos y pequeños con rapidez, y proyectar y licitar a corto y medio plazo, arrastrado a una importante industria asociada. En su doble vertiente de obra nueva y de rehabilitación y reformas, la construcción (para clientes particulares o promotores, privados o institucionales) es un indudable nicho de activación económica a movilizar y más, aún, si se enfoca a cubrir necesidades sociales como la vivienda. Los plazos no dan para el hoy para mañana, pero el anuncio de voluntad pública repercute inmediatamente en las expectativas de corto plazo.

Recordaba en un reciente artículo publicado (Última Hora, 8.4.2020) que tras la Primera Guerra Mundial, Viena puso en marcha un plan modélico de construcción para alquiler social, que pervive hoy en día, siendo que hoy que el 60 por ciento de la vivienda de alquiler en la capital austriaca es de propiedad municipal, alojando al 20 por ciento de la población.

El precio de la vivienda social en Viena es de 9,60 euros metro cuadrado por mes, para ingresos de 43.970 euros de ingresos anuales para una persona, o 65.530 euros para dos,… Aunque el precio del alquiler puede variar según la coyuntura. En 2017, The Gardien, publicaba que por una casa de 80 metros cuadrados se pagaba 560 euros mensuales, a 7 euros por metro cuadrado y mes.

En datos de 2018, la renta per cápita en Austria era de 32.204 euros mientras que la de España era de 25.330 euros; en términos comparativos, siguiendo el modelo vienés, el precio del metro cuadrado en España sería de 7,55 euros para una persona que no llegaran a 34.584 euros anuales y de 51.341 euros para dos ocupantes. Adaptar el sistema a España debería de contener otros factores, como si se destina a un módulo familiar, según el número de personas, o para jóvenes que se independizaran; y no habría que desestimar la construcción de loft de menos de 50 metros cuadrados, pensados para una persona, y, en ese caso, para evitar la posible sobre ocupación, con duración condicionada y limitada a pocos años.

En este momento de urgencia de reactivación económica (no menos de 3 años para la normalidad) y, para poner soluciones a la escasez de vivienda a precio socialmente asequible, tendrían que flexibilizarse las normativas urbanísticas, con la previsión de polígonos nuevos para promociones singulares y con diversidad de modelos de contrato. Desde el régimen de alquiler tradicional o el acceso en propiedad en condiciones próximas a la del mercado, hasta la fórmula de propiedad municipal con derecho de uso por periodos largos, de hasta una generación. En Barcelona se está preparando una legislación de cesión de uso por 75 años.

Se trataría de intervenir en el precio del alquiler, como se ha mostrado eficaz en el caso de Viena, y a la vez favorecer la movilidad en la ocupación de la residencia, facilitando que las familias puedan optar a viviendas mayores o menores en función de las necesidades de sus ciclos de vida.

Otra fórmula es el Co-housing. Originado en Dinamarca, en la década de los años sesenta del siglo pasado, surgió como necesidad de aunar forma de vida alternativa, con un alto grado de sentido de comunidad con servicios comunes y apartamentos, para la vida en privado, abaratándose, así, el coste de la vivienda al construirse sobre solares públicos, con cesión de uso, alquilados a la municipalidad.

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